martes, 29 de diciembre de 2015

LA ECONOMIA DE TEXAS



"La migración de personas y empresas ha sido un apoyo clave para la economía de Texas", dijo Robert Kaplan, presidente del Banco de la Reserva Federal de Dallas, en un discurso público reciente. 

"En los últimos años, muchas empresas extranjeras y nacionales han trasladado sus operaciones al Estado y muchos otros están considerando mudarse a Texas. 

Desde el año 2000, la tasa media de crecimiento de la población ha sido casi un punto porcentual completo y es la tasa superior en Texas la mayor en los EE.UU en su conjunto. Yo esperaría que esta tendencia continúe en los próximos años, dijo Kaplan.

Otros estados también han tomado nota de esa ganancias de Texas.   El Gobernador de Florida, Rick Scott la semana pasada dijo a los legisladores del estado en un discurso que el estado de Texas debe seguir a la diversidad de su economía y crear puestos de trabajo.

"Lo que han hecho es encontrar la manera de diversificar su economía", dijo Scott, quien ha propuesto más de $ 1 mil millones en recortes fiscales dirigidos especialmente a las empresas. "Se fueron después de las mudanzas de oficinas corporativas. Consiguieron empresas como JC Penny y Exxon y otros a moverse ".

lunes, 28 de diciembre de 2015

LO QUE DICE DAQUIN

Las graves acusaciones del ex-asesor de seguridad del Gobierno de Hugo Chávez

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Diciembre 27
/ 2015
El ex-asesor de seguridad del ejército durante el Gobierno del fallecido Presidente venezolano Hugo Chávez, Anthony Daquin, explicó en exclusiva para NTN24 que Venezuela “no solo es un narcoestado” sino que tiene “un conflicto de varios carteles que están enfrentados entre sí”.
“Tenemos el Cartel de los Soles, el Cartel de los Flores que obviamente es el que comanda la matriarca que es la esposa del Presidente de Venezuela y obviamente el Cartel de la Guajira que está en poder de la Guardia Nacional. Estos tres carteles son los que hacen vida”, explicó.
Con respecto al caso del secretario personal del Presidente de la República Nicolás Maduro, William Alexander Amaro Sánchez, quien habría recibido más de 200.000 dólares provenientes del narcotráfico, Daquin manifestó que él y el mandatario “son amigos desde que Maduro hacía vida en el metro de Caracas cuando vivía en El Valle”.

“Esa relación tan cercana entre Nicolás Maduro y William Alexander, es una relación que data ya casi 25 años, cuando tú eres asesor de él te conviertes en socio porque le manejas los negocios, cuando le manejas los negocios a una persona tú tienes una sociedad mercantil, una sociedad comercial, y eso es lo que existe ahí, es imposible que un Presidente de la República lidere un cartel”, declaró.

Consideró que la actual información contra Amaro Sánchez tendrá “muchísima repercusión”, ya que según informó, “señala a otros personeros en Venezuela, a Elías Jaua, Cilia Flores, Freddy Bernal, a otros políticos influyentes, y casualmente todos ellos son la misma camarilla que se inició desde los años 80 cuando Cilia Flores era abogada”.

“El enfrentamiento de poder entre estos tres carteles es sumamente grave en Venezuela y es lo que ha hecho esté en la situación como está”, sentenció.

LOS BACHAQUEROS


domingo, 27 de diciembre de 2015

LA VIDA DEL RUSO PUTIN

LO QUE DICE OBAMA





Alfredo  

I've got 12 months left to squeeze every ounce of change I can while I'm still in office. And that's what I intend to do.

We've done a lot of remarkable things together this year, and it's because of committed citizens like you that this country keeps moving forward. You keep proving the cynics wrong.

On January 12, I'll be giving my last State of the Union address. I want you to watch, and say you're ready to keep up the fight in 2016 -- because your voice matters just as much as mine does.

OFA is one of the groups getting people fired up to take action in 2016. Say you'll watch the State of the Union, and commit to taking action next year.

When we took office, we were losing nearly 750,000 jobs a month. But over the last 69 months, our businesses have created more than 13.7 million new jobs -- the longest streak of private-sector job growth on record -- and the unemployment rate is down to 5 percent.

For the first time more than 90 percent of Americans are now covered, and more than 17 million people have gained health insurance under Obamacare. Insurance companies can't discriminate against people with pre-existing conditions, or charge women more just for being women.

And America is now leading by example on climate change. The Clean Power Plan will cut carbon pollution from power plants by 32 percent by 2030. We've cut our oil imports by more than half, while doubling clean energy production from wind, solar, and geothermal -- creating steady sources of good jobs that can't be outsourced. 

Even as our economy is growing, America has cut our carbon pollution overall more than any other advanced nation on Earth. And we just helped secure the most ambitious global climate agreement in history.

These are your accomplishments, and that's what I want to celebrate with you on January 12. As long as you're out there organizing, on whatever issue you're organizing around, America has a bright future ahead.

Let's lean into that in 2016. Add your name today to say you'll watch the State of the Union, and OFA will be in touch soon:

Thanks -- and happy New Year,

Barack Obama

martes, 22 de diciembre de 2015

EL FACHO-CHAVISMO

José Rafael López Padrino
Es obvio que ninguno de los candidatos derrotados del régimen y sus acólitos pretendían adelantar un proyecto socialista como Maduro publicitó y muchos opinadores de oficio irresponsablemente lo han afirmado.
No se puede hablar de la derrota del socialismo el pasado 6D, pues nunca ha existido. El gran derrotado ha sido el fachochavismo y la caterva de eunucos ideológicos representantes de un proyecto bonapartista inspirado en una concepción autoritaria y vertical del poder en torno a un liderazgo mesiánico necrófilo.
No olvidemos que el fachochavismo no nació como expresión política en las fábricas, ni en las barriadas populares, ni en el campo, surgió en los predios cuartelarios con una irreversible impronta autoritaria.
El fachochavismo del siglo XXI ha resultado ser un gran fiasco, pues lejos de propiciar una sociedad más justa y equitativa, ha profundizado la pobreza y la exclusión, ha incrementado el desempleo y el subempleo, los trabajadores han sido despojados de su seguridad social y la inflación y la especulación carcomen sus bajos salarios.
“A TODAS ÉSTAS NOS PREGUNTAMOS ¿DE CUÁL SOCIALISMO HABLAN? ¿CUÁLES SON SUS FUNDAMENTOS? ¿CUÁLES SON LOS ACTORES SOCIALES? ¿ES EL PUSV UNA ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA?”
Además, como proyecto de dominación ha promovido un capitalismo de Estado militarizado, acentuando la precarización laboral propia delneoliberalismo, auspiciando una corrupción depredadora y la imposición de un pensamiento único excluyente.
Ello sin olvidar las calamidades que deben confrontar los venezolanos en su diario quehacer: un masivo desabastecimiento de productos básicos y medicamentos, la inseguridad personal, la criminalización de la protesta social, la intimidación y la represión permanente, la exclusión política, el uso de la violencia como método para dirimir las diferencias ideológicas, entre muchos otros.
Sin embargo, los cínicos voceros de este proyecto depredador siguen repitiendo hasta el cansancio que están construyendo el socialismo del siglo XXI. Pero a todas éstas nos preguntamos ¿De cuál socialismo hablan? ¿Cuáles son sus fundamentos? ¿Cuáles son los actores sociales? ¿Es el PUSV una organización revolucionaria?
Naturalmente, estas interrogantes no tienen respuestas, primeramente porque el proyecto carece de principios ideológicos socialistas, y segundo porque los castrados políticos que lo integran solo saben aplaudir como focas y repetir como cacatúas los dislates y el lenguaje escatológico de su fallecido líder y comandante eterno.
Esta estafa social no ha pasado de unas cuantas nacionalizaciones o re-estatizaciones nada extraordinarias y del establecimiento de diversos programas sociales gracias a la bonanza petrolera, que lejos de romper con el nudo de la exclusión social lo perpetúan en el tiempo.
Su relativo éxito político, económico y social en sus primeros años de “desgobierno” estuvo relacionado con los altos precios del petróleo y la creación de un Estado asistencialista, y no con la aplicación de políticas orientadas a superar la pobreza y el hambre como suelen afirmar sus publicistas.
“SU RELATIVO ÉXITO POLÍTICO, ECONÓMICO Y SOCIAL EN SUS PRIMEROS AÑOS DE “DESGOBIERNO” ESTUVO RELACIONADO CON LOS ALTOS PRECIOS DEL PETRÓLEO Y LA CREACIÓN DE UN ESTADO ASISTENCIALISTA”
Obviamente, ninguna de las políticas adoptadas por fachochavismo, al margen de su etiquetamiento como socialistas, representan verdaderas amenazas que afectan las relaciones de producción capitalistas existentes en el país y muchos menos apuntan hacia lastransformaciones económicasnecesarias para llevar al país hacia un sistema socialista.
Ante la aplastante derrota del pasado 6D, Maduro y su barbarie lejos de aceptar su histórico descalabro, continúan con su agenda de miedo y terror, así como profundizando laconfrontación política. El iletrado enciclopédico ha retomado el discurso maniqueo de los patriotas y antipatriotas, de los buenos y los malos.
Apela a una retórica falaz (privatizaciones de la Cantv y Pdvsa, eliminación de las pensiones de la tercera edad, ocupación de las instalaciones de la Unefa, y UBV, etcétera) como herramientas movilizadoras de sus pocos seguidores.
Lanza acusaciones de fraude electoral, después de haber repetido una y mil veces de que nuestro sistema electoral es el más moderno y blindado del mundo. Inventa engendros como el parlamento comunal a fin de desconocer la voluntad popular expresada el pasado 6D. La derrota los ha sumido en un mal incoherencias y acciones erráticas.
El inquilino de Miraflores recurre de nuevo a la política del odio y desprecio por el contrario con la esperanza de recomponer sus diezmadas filas, que ya no muestran el mismo entusiasmo del pasado.
El fachochavismo constituye un proyecto sin anclaje histórico y sin sujeto social definido que avanza sin mayores sobresaltos hacia el totalitarismo dentro de una visión facho-militarista. El primitivismo y mediocridad ideológica de sus proponentes explica la orfandad de su armazón conceptual y lo limitado de sus propuestas las cuales no han traspasado del umbral de la copia barata de viejas consignas, cuyo sello de originalidad proviene de otras latitudes.
“LA MAGNITUD DE ESTA DERROTA HA DEJADO AL FACHOCHAVISMO COMO JUGUETE MECÁNICO AL CUAL SE LE ROMPE LA CUERDA QUE LOS OPERA: INSERVIBLE Y DISFUNCIONAL”
Estamos ante una mezcolanza de ideas inconexas, de un histrionismo agobiante, de una adoración caudillesca necrófilica repugnante, de un populismo militarista manipulador y de un control comunicacional asfixiante.
Hemos vivido un engaño colectivo, una ilusión de revolución que en vez de ayudar a los más desposeídos los ha hundido cada vez más en la miseria, frente a una súbita y obscena riqueza de nuevos y poderosos corruptos, la nomenclatura bolivariana, surgidos a la sombra del poder.
El descalabro electoral del pasado 6D ha derrotado 3 mitos del fachochavismo: su invencibilidad electoral, la imagen del tte coronel como sinónimo de victoria, y su blindado e inamovible apoyo popular. La magnitud de esta derrota ha dejado al fachochavismo como juguete mecánico al cual se le rompe la cuerda que los opera:inservible y disfuncional.
El fachochavismo como proyecto político hegemónico agoniza y se hunde sumido en sus propias contradicciones, nepotismo, corrupción, narcotráfico, incoherencias y carencias ideológicas. Lamentablemente nos deja como legado un país inmerso en una de las peores crisis de nuestra historia republicana.


LA DEMOCRACIA

Demanda y oferta política por Eddie A. Ramírez S.

AsambleaNacional3 (1)
¿Qué exige la democracia? ¿Qué demanda la gente? ¿Qué  ofrece la MUD? La democracia requiere que se cumpla la Constitución, por lo que es inaceptable el Parlamento Comunal y la designación de nuevos Magistrados por la actual Asamblea moribunda. Después de tantos años de populismo es seguro que la gente demande más de lo que es posible ofrecer y satisfacer. La MUD no podrá complacer todas las peticiones, pero debe establecer prioridades de lo que puede cumplir y convencer a los votantes de que mientras Maduro esté en el poder la economía se seguirá deteriorando.
La gente básicamente exige que se solucione la escasez, que disminuya el costo de la vida, que haya fuentes de empleo, más seguridad y mejor la atención en los hospitales.  Nos guste o no, para la mayoría de la población especialmente la que era partidaria del oficialismo  es secundario quién será el nuevo presidente de la Asamblea Nacional y si habrá o no una amnistía que permita la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados o si es necesaria una Constituyente. Si no entendemos esto no habrá conexión con quienes votaron en contra de Maduro.
Por ello, en estos momentos la discusión política  a través de los medios de comunicación no puede girar sobre si Ramos Allup debe ser el presidente de la Asamblea o si  debe ser Julio Borges. La discusión es importante, pero debe ser  interna entre los miembros de la MUD, que ojalá consulten a terceros. Ambos candidatos tienen credenciales y han sido injustamente atacados por personalidades del régimen y, más injusto aún, por escribidores de cuartillas de nuestro lado  que  algunas veces descalifican sin base.  Quizá, considerando esta realidad, sería conveniente elegir inicialmente a un tercero  que despierte menos polémica.
La Constituyente es necesaria para reformular el país eliminando el centralismo. Hay una propuesta seria de personalidades que le han dedicado muchas horas de estudio. Sin embargo, no pareciera que es el momento adecuado y dudamos que el votante promedio entienda su necesidad como prioridad. La amnistía es una oferta justa que es necesario cumplir, que debe aprobarse, sea por decreto de la Asamblea o por ley, cuando los diputados tomen posición, sin armar tanta alharaca  en estos días previos.
Maduro no va a cambiar el rumbo. Quizá porque su incompetencia o su fanatismo le impiden captar el mensaje de los votantes el 6D. También puede ser que la cúpula roja prefiera que el país se desmorone para dejar una herencia con grandes  pasivos y, a largo plazo, la gente solo recuerde la “bonanza” de los altos precios petroleros  en tiempos de Chávez  y concluya que el socialismo siglo XXI sí era bueno, pero que Maduro fue un inepto, con lo cual  el “proceso revolucionario” tendría un segundo aire.
Es necesario que la MUD convenza a la gente de que los problemas que la aquejan no tienen solución mientras Maduro esté en Miraflores y persista en su proyecto político-económico.  No podemos esperar que renuncie motu proprio. La sola presión de  la MUD probablemente no sea suficiente y de serlo podría ser traumático para el país. Por ello se requiere la activa participación de militantes del PSUV.
Una renuncia y la convocatoria a nuevas elecciones no ayudaría a la recuperación económica del país. Quizá lo más sensato es una renuncia acordada con su propia gente y la formación de un gobierno de transición con apoyo del PSUV. Lógicamente este tendría que deslastrarse de la cúpula actual, es decir de Diosdado, Jorge Rodríguez, Jaua y desde luego del propio Maduro
¿Es difícil que se forme un movimiento para sustituir a estos dirigentes fracasados del PSUV? Cierto, pero en ese partido debe haber gente honrada y con coraje que entienda que el cambio es importante porque de él depende el futuro del mismo y, más importante aún, que si no se produce el cambio no se solucionará ninguno de los problemas que aquejan a la gente y nos seguiremos hundiendo.
En el escenario de que la cúpula del PSUV no pueda ser defenestrada por su propia gente el desespero de la población podría ocasionar  graves disturbios.  Pensar que el precio del petróleo aumentará significativamente y será la tabla de salvación del régimen es posible, pero muy poco probable.Como Maduro no quiere rectificar e insiste en seguir violando la Constitución, la tranquilidad del país y la recuperación económica tienen como requisito necesario su renuncia acordada  y la instauración de un gobierno de transición.
Como en botica: Tan deshonestos intelectualmente son los Magistrados que aceptaron jubilarse prematuramente, como los que acepten ser designados por la actual Asamblea. Eulogio Del Pino, presidente de Pdvsa, declaró que teme una “catástrofe por los incrementos de inventarios de petróleo”. La catástrofe ya ocurrió en Pdvsa incluso cuando los precios estaban por encima de los cien dólares el barril y Del Pino es uno de los responsables.  Feliz Navidad para todos. Vienen tiempos muy difíciles pero la civilización se impondrá a la barbarie. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com

LA CANASTA

Canasta alimentaria familiar aumentó a Bs. 79.255,26 en noviembre

Canasta Alimentaria | Foto: Archivo
Foto: Archivo
Tuvo un incremento de Bs 9.387,18 (13,4%) con respecto al mes pasado, indica el informe del Cendas. En un año, el aumento ha sido de 401,3%
La canasta alimentaria familiar de noviembre se ubicó en 79.255,26 bolívares en noviembre, de acuerdo con el reporte del Centro de Documentación de Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
Aumentó Bs.9.387,18 (13,4%) con respecto al mes pasado. En un año, entre noviembre de 2014 y noviembre de 2015, el incremento ha sido de 401,3%.
El Cendas indica que se requieren 8,2 salarios mínimos (9.648,18 Bs) para poder adquirir la canasta, para una familia de cinco miembros.
Diez rubros subieron de precio
Diez de los once rubros de la canasta alimentaria aumentaron de precio: cereales y productos derivados, 43,3%; grasas y aceites 36,9%; pescados y mariscos, 28,2%; frutas y hortalizas, 11,7%; leche, quesos y huevos, 11,6%; raíces, tubérculos y otros, 11,4%; carnes y sus preparados, 8,7%; salsa y mayonesa, 5,0%; granos, 4,6% y azúcar y sal, 4,3%.  El rubro del café mantuvo el precio: 620,00 bolívares.
La diferencia entre los precios controlados y los precios de mercado es de 1.997,11%.
Escasez
Un total de 23 productos presentaron problemas de escasez, lo que equivale a 39,65% de los 58productos que contiene la canasta: leche en polvo, sardinas enlatadas a precio regulado, atún enlatado, pollo, carne de res, margarina, azúcar, pernil, aceite de maíz, huevos de gallina, queso blanco duro Santa Bárbara, caraotas, arvejas, lentejas, arroz, harina de trigo, avena, pan, pastas alimenticias a precio regulado, harina de maíz, café, mayonesa y queso amarillo.
Adicionalmente, escasean otros productos básicos como: jabón de baño, detergente, lavaplatos, cera para pisos, compotas, Nenerina, papel tualé, pañales, toallas sanitarias, toallines, toallitas, servilletas, leche condesada, leche líquida de un litro, cloro, suavizante, desodorante, afeitadora desechable, crema dental, champú, gel fijador sin alcohol, jabón Las Llaves, insecticidas y medicamentos como Atamel, Losartán Potásico, Aspirinas, anticonceptivo Belara, Trental, entre otros, e inyectadoras. En total, escasean al menos 52 productos en este registro.
El queso cuesta 4.194,65 % más
Leche, quesos y huevos subió de 13.874,40 a 15.482,40 bolívares (11,6%).
El queso blanco duro, con un precio oficial de 38,35 bolívares el kilo, se vende en 1.647,00 bolívares (4.194,65% es la brecha entre el precio oficial y el precio de mercado).
La leche en polvo escasea. En el mercado informal se vende en 288,00 bolívares en promedio, 323,8% por encima del precio controlado en 67,95 bolívares el sobre de un kilo.
El cartón de huevos subió 26,7%. Se vende en 1.140,00 bolívares, 240,00 más con relación al precio del mes de octubre, de 900,00 bolívares; y después de la regulación de precios por debajo de los costos de producción, escasea. El queso amarillo aumentó 7,6%, de 2.485,40 a 2.675,40 bolívares el kilo.
El azúcar subió  238,7% y escasea                                                                
El rubro azúcar y sal subió 4,3%, de 935,70 a 975,70 bolívares, debido al incremento de precio del azúcar, que en promedio se vende en 90,00 bolívares el kilo, 238,7% más que su precio oficial de 26,57 bolívares.
Un almuerzo cuesta 510,00 bolívares en promedio
El costo promedio de un almuerzo para un trabajador es de 510,00 bolívares. El monto del ticket de alimentación es 225,00 bolívares, el 1,5 de la unidad tributaria vigente, cuyo valor es de 150 bolívares.

Con información del Cendas-FMV

CARLOS ANDRES PEREZ





Por Roberto Gilles Redondo

Desde hace dieciséis años con la llegada de Hugo Chávez al poder estamos asistiendo a una vergonzosa manipulación de la historia venezolana. Así, los acontecimientos, las figuras insignes de la política y los sobresalientes ciudadanos son presentados hoy en día con el sectarismo, la hostilidad o con la superficialidad y ligereza que caracterizan la nefasta revolución que padece Venezuela. 

De hecho, en estos largos y penosos dieciséis años hemos asistido al intento de desmontar nuestra identidad: un Bolívar convertido en socialista, una Iglesia execrada, un Colón derribado, una llamada IV República satanizada y, en su totalidad, todo lo que puede considerarse como elemento inseparable de la venezolanidad, ha sido tergiversado.

En la política que se ejerce desde el poder y, en general, desde siempre ha habido excesos reprobables, por lo cual la moderación debe acompañar siempre no sólo a los impugnadores de la política misma, sino también a los defensores y apologistas de la historia. De ahí surge la molestia con este tema tan profundo y difícilmente abarcable de la historiografía venezolana, que es la ligereza tan atrevida de la memoria colectiva, el desparpajo insolente con que siempre se lanzan juicios y críticas a las personas con terribles omisiones e intencionadas ocultaciones de lo que realmente se ha dicho o se ha hecho por parte de los actores.

De ello no ha escapado una de las figuras más relevantes de la democracia venezolana, Carlos Andrés Pérez. Quien fue un actor de primer orden, sin lugar a duda, de la vida política venezolana y ¿por qué no latinoamericana? durante gran parte del siglo XX. Se comprende naturalmente que el hecho político siempre levanta contradicciones y polémicas sobre la vida de sus actores. De hecho, el hombre político estará siempre expuesto a eso y a mucho más. Así que nadie debe escandalizarse por la permanente desacreditación que desde la llamada revolución socialista (chavista) se le hace al eximio Carlos Andrés.

Me he ido convenciendo que de tamaña figura las nuevas generaciones, estas del Tercer Milenio, no conocen su biografía ni sus méritos; se le juzga por una etapa de su vida en que le correspondió actuar en cumplimiento de la primera magistratura que se le encomendó en dos oportunidades y con abultado apoyo popular y se transmite de él una imagen distorsionada, incompleta y obstinadamente parcial gracias a la hegemonía comunicacional establecida desde 1999, puesto que ni siquiera se estudia con seriedad y con rigor lo que hizo y dijo en los dos mandatos, de manera especial en ladramática e inconclusasegunda presidencia. 

Afortunadamente contamos con varios libros, entre los cuales me permito citar: “Carlos Andrés Pérez”, editado en 2012 por la editora El Nacional, autoría de Ramón Hernández; otro de la misma casa editorial y que no tiene pérdida alguna: “Carlos Andrés Pérez, Memorias proscritas”, de Ramón Hernández y Roberto Giusti, de 2006; y un libro de obligada referencia: “La rebelión de los náufragos”, de Mirtha Rivero, editado en 2010 por la casa Alfa. También se cuenta con un indispensable texto de don Manuel Caballero: “Carlos Andrés Pérez: ¿Presidente, líder o historia?”, editado en Caracas en 2006, también por la editorial Alfa.

Al respecto de estas obras anteriormente citadas, estoy convencido que es necesario leerlas y releerlas de nuevo, reflexionarlos sin prejuicios ideológicos a la luz de la Venezuela que sobrevive desde 2013 cuando Nicolás Maduro asumió de forma ilegítima la Presidencia de la República.

En esta muy abreviada revisión de la figura de Carlos Andrés, que bien puede considerarse más una nota que un ensayo, he querido resaltar con mayor ahínco el capítulo más conocido de su vida, y el de su actuación durante 1989, 1992 y 1993, el caracazo, las dos intentonas golpistas y la destitución respectivamente; primero, porque son hechos cercanos que tuvieron incidencia directa en la gestación de la llegada de Hugo Chávez, y segundo, porque prefiero referirme a estos tres años sobre los que ha caído un espeso y doloroso silencio.

Fue un 2 de febrero de 1988 cuando asumía por segunda vez la Presidencia de la República, hecho inédito en la vida democrática de Venezuela. El 4 de diciembre de 1988 Pérez había sido electo con la mayor votación conocida hasta ese momento: el 52, 91% de los electores, es decir 3.879.024 votos absolutos. A “la coronación”, llamada así sarcásticamente, a la que entre otros asistió Fidel Castro Ruz, le sucedió apenas veinticinco días después el llamado “caracazo”, una de las peores (si no la peor) revuelta popular que hemos conocido. Pérez recibía un país en debacle, con instituciones ampliamente debilitadas, con la merma de los ingresos petroleros, una moneda devaluada y una inflación desmedida. Sumado a todo eso, el peso de la deuda externa.

Atrás había quedado la “Venezuela saudita”, esa misma que Pérez, el hombre que sí camina, había levantado en su primer período presidencial (1974-1979): donde nació PDVSA, tras la nacionalización del petróleo; la afamada Biblioteca Ayacucho y el muy exitoso programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho. Independientemente de esta labor durante sus primer gobierno, Pérez fue en general el Presidente que contribuyó más que nadie en algunos aspectos, y siempre con singular relevancia en otros, a la construcción de una Venezuela decidida a ser país desarrollado, al fomento de la educación con el apoyo irrestricto a los estudiantes, a la estimación del trabajo y el sindicalismo, a la reforma del Estado democráticamente y, naturalmente, a la defensa de la institucionalidad democrática, ejerciendo tolerancia, manifestando altura frente a sus adversarios y aplicando sin vacilaciones el puño de hierro para frenar la anarquía que podía conducir al país a esos callejones sin salida que traen consigo a los anti mesías de nuestra historia.

Carlos Andrés debió aplicar el 17 de febrero de 1989 un plan de ajuste aconsejado por el Fondo Monetario Internacional que incluyó, entre otras cosas, alzas a los precios de los carburantes y a las tarifas de los servicios públicos; la liberalización de los precios de los demás productos, salvo los incluidos en la canasta básica; la liberalización de los tipos de interés hasta un tope temporal del 30%; la congelación de las contrataciones de personal en la administración del Estado; la reducción del gasto público con el objetivo de rebajar el déficit fiscal al 4% del PIB; la eliminación progresiva de los aranceles a la importación; y un nuevo esquema cambiario consistente en un tipo único y flexible, el que determinaran la oferta y la demanda, y que operaría en todas las transacciones de la economía. Posteriormente vendría el ajuste del 100% al precio de la gasolina y el aumento del 30% en el pasaje urbano.

Todo ello condujo al Caracazo. Un episodio dramático no menos triste de nuestra historia. Al menos dos mil personas habrían fallecido, muchas como consecuencia de excesos militares. Y se calcularon $150 millones de dólares en pérdidas económicas por los destrozos materiales ocurridos.
Y como pareciera que nuestra historia ha sido un invariable efecto dominó, llegó la gran prueba de fuego a la democracia nacida en las calles de la Caracas aquel 23 de enero de 1958. Don Manuel Caballero en su Dramatis personae, afirma con justa razón que a Carlos Andrés «le faltaba un examen para graduarse de hombre de poder: su reacción no en una “crisis”, sino en el momento de la crisis». 

Ésta era esa crisis. La crisis. Porque el caracazo había sido una crisis, sólo una. Como también lo había sido el porteñazo y el carupanazo a los que había resistió Rómulo, el viernes negro de Herrera Campins, la noche de los tanques a Lusinchi.

La madrugada del 4 de febrero se jugaba todo y todos apostaban por una “caída y mesa limpia”: los comandantes insurrectos a desmantelar la democracia y Pérez a defender a cualquier precio semejante conspiración militar que tuvo anuencia de muchos civiles y debía ser contenida porque él mismo comprendía que no estaba en juego solamente la Presidencia sino todo el sistema.

Aquellos militares insurrectos no eran unos idealistas como se ha hecho creer. Ellos eran un elemento que pretendió concentrar el clamor de reforma de la democracia, pero sus intenciones claramente estaban destinadas a destruir lo que tanto costó. Ellos no querían reformar, querían destruir. Y así lo confirmó el tiempo cuando uno de los líderes de ese movimiento golpista, después del cuestionado indulto que firmó Rafael Caldera, se hicieron del poder por la vía democrática: misma vía que insistieron en destruir dos veces durante 1992.

El autoproclamado Movimiento Bolivariano, en desprecio claro de la doctrina de Simón Bolívar, era un grupo de zagaletones que astutamente habían conformado un nutrido grupo de oficiales y suboficiales descontentos con el statu quo. No podrá de eximirse de responsabilidad a nadie: estoy convencido que todo pasó porque todo se dejó pasar y nadie hizo nada para evitar semejante estado de descomposición del otrora Estado venezolano. Es difícil acreditar versiones sobre el carácter sorpresivo de las intentonas golpistas, todos sabían y nadie supo contenerlo con el puño de acero que ameritaba.

En el proceder de Carlos Andrés la madrugada del 4 de febrero, en plena asonada militar, hay un patriotismo exento de populismo y enraizado en la realidad: hay que salvar la democracia. Quizá por ello considera que la principal tarea es hablarle al país consciente, no al país herido por la crisis. Hablarle a la Fuerza Armada, hasta entonces una sólida institución, capaz de resignar siempre sus fusiles al fuero civil. Hablarle al mundo sobre lo que estaba sucediendo. No todos los líderes sometidos a un momento así, con los tanques rodeando el palacio de gobierno, se dan el lujo de hablar. Y Pérez estaba muy consciente de ello, sabía que su voz iba a disipar la zozobra generada por los insurrectos que habían asaltado guarniciones de Maracaibo, Valencia, Maracay, Caracas y el Palacio de Miraflores.

Habla sí un Carlos Andrés exaltado. Habla un Presidente que había logrado salvarse de una muerte segura: «El regimiento de paracaidistas de Aragua desacatando su juramento y los mandatos de la Constitución se alzó contra la Constitución y los poderes legalmente constituidos. Pretendieron por sorpresa tomar el palacio de Miraflores y La Casona» y recurre a la sensatez ciudadana «para que juntos repudiemos este hecho, para que digamos de una vez por toda que en Venezuela es el pueblo quien manda y quien conduce los destinos de la nación, y que su Presidente cuenta con el respaldo de las Fuerzas Armadas y de todos los venezolanos».

Después a las seis de la mañana, en una aparición recomendada aparentemente por su adversario político Eduardo Fernández (COPEI), se dirige en tono desafiante, con mucha claridad de su mando y emplaza de manera categórica a los golpistas: «Quiero dirigirme especialmente a las Fuerzas 

Armadas Nacionales oficiales y soldados, les habla su Comandante en Jefe, su obediencia es para conmigo, para quien tiene el mandato del pueblo, para quien juró la Constitución. Cualquier oficial que pretenda hacer desconocer el mandato, de cualquier jerarquía debe ser desconocido por ustedes, tienen que honrar al pueblo de donde provienen. Yo les envío la orden precisa y categórica, de obedecer a su Comandante en Jefe, obedecer a los comandos naturales de la organización militar, que permanecen firmes en obediencia y acato a la Constitución de la República».

Poco después denunciaba ante el país y el mundo el objetivo de aquella insurrección: se «atrevieron a asumir esta intentona golpista, que tenía como objetivo el asesinato del Presidente de la República. Es bueno que los venezolanos se enteren del crimen que se pretendía, y de las graves consecuencias que hubiese significado para Venezuela un hecho de esta naturaleza». Tamaña denuncia podía sustentarse fácilmente con sólo mencionar el temerario asalta a la residencia presidencial La Casona, donde esa madrugada estaba la Primera Dama, Blanca Rodríguez de Pérez, sus hijos y nietos, quien debieron someterse a la fría mirada de los fusiles que sin ningún tipo de recato se apuntaron hacia ella.

«El pueblo de Venezuela quiere ser democrático. La democracia venezolana no podrá ser hollada por ningún ambicioso o delincuente, las Fuerzas Armadas se honran en su dignidad», afirmaría Pérez, describiendo con total franqueza a Hugo Chávez y sus compañeros.

Luego a ese discurso le sucedió otro. “Por ahora”, la frase lapidaria del golpista. El 27 de noviembre de ese mismo año pretendería revivir la esperanza de su movimiento, fracturar la democracia y cumplir su frase del 4 de febrero. Pérez había salido ileso del atentado en Paraguaipoa el 11 de octubre y está vez volvía a lograrlo. Una vez más se impuso la sensatez y la Fuerza Armada, en medio de la sangre de aquel noviembre, logró pacificar al país y preservar la malherida democracia. 

Si el movimiento golpista, en su versión de febrero o de noviembre,quiso identificarse con el pueblopara ser plenamente popular y no sólo militar, justo es decir que lo consiguió, abusando de la buena fe, del desamor por la democracia, con aquella nefasta conjura del Ministerio de la Defensa que le permitió una rueda de prensa al comandante Hugo Chávez, pese a que éste se había rendido ante el Jefe de Estado.

El ejercicio de la Presidencia de la República es asunto muy serio que requiere seriedad, pasión serena por la institucionalidad y una capacidad inagotable de maniobra y de valor para sostener la mirada durante la tragedia y hacer prevalecer los supremos intereses de la nación sin ceder ante quien o quienes procuran el término de la sociedad y la democracia misma. Eso lo demostró Pérez en su segunda presidencia.

Pero pese a las maniobras que salvaron al país del asalto golpista, la democracia habría de sucumbir porque ya estaba empañada por muchos errores políticos, si se quiere desfigurada por los prejuicios, rencores y egoísmos de sus propios actores. El segundo mandato de Carlos Andrés lo comprobó: el Caracazo, las intentonas golpistas del 92 y el posterior enjuiciamiento-destitución, terminaron por infligir la herida mortal que haría agonizar a Venezuela el 6 de diciembre de 1999 con la victoria electoral de Hugo Chávez. Lo demás es historia, trágica historia que, a modo de epílogo, podría acusarnos quizá por no haber escuchado la conseja de Morales Bello sobre los golpistas.

Insistirá Caballero: «Carlos Andrés no ha pasado por una crisis: el sistema democrático venezolano pasó por ella, tanto más conmovedora cuanto más inesperada. Ya nadie quería escuchar los gritos de que el lobo venía».

Quien «había sacado a Acción Democrática de la más profunda crisis conocida desde su fundación, cuando uno de sus líderes históricos, Luis Beltrán Prieto, produjo en su interior un cisma…» (acota Manuel Caballero) sería víctima de una celada, afirmo yo, en la que coincidieron casi todos los actores que pudieron para hacer valer sus propios intereses, defenestrar a Pérez de la Presidencia y, quizá sin quererlo algunos, darle el puntillazo final a la democracia.

El 11 de marzo de 1993 comenzó “la rebelión de los náufragos políticos de las últimas cinco décadas”, como diría el mismo Pérez tras conocer el fallo de la Corte Suprema de Justicia, alegando también, respecto a sus enemigos que «no me perdonan que haya sido dos veces presidente por aclamación popular. No me perdonan que sea parte consubstancial de la historia venezolana de este medio siglo. No me perdonan que haya enfrentado todos los avatares para salir victorioso de ellos (…) Tendrán que asumir su responsabilidad quienes han conducido al país a esta encrucijada dramática de su historia (…) Quiera Dios que quienes han creado este conflicto absurdo no tengan motivos para arrepentirse». El 31 de agosto Pérez era finalmente destituido de la Presidencia de la República en un proceso casi inédito que sólo tenía de precedente en la región: el impeachment a Collor de Melo en Brasil.

La destitución era avalada por todos, incluso por su propio partido. En mayo de 1994 Carlos Andrés era detenido y el Comité Ejecutivo Nacional de Acción Democrática lo expulsaba de sus filas.
Desde entonces y por mucho tiempo creo que continuará la polémica sobre su persona. Entre otras razones porque se cumplió su sentencia y aquellos náufragos que arrastraron consigo la República democrática han tenido desde hace tiempo motivos para arrepentirse.

Movida Venezuela por un profundo afán de competencia y modernización, de ciencia y creatividad, sus figuras cimeras de la IV República, de la democracia, lograron cancelar el retraso respecto al resto del mundo que nuestro país había venido sufriendo desde el siglo XIX. De ese afán democrático Carlos Andrés es una figura y un acervo que debemos aprovechar para comprender la realidad venezolana, algo tan indispensable en este momento.

Habrá que resaltar en la historia que sigue escribiéndose sobre el rubiense Pérez, su culto a la lealtad respecto a la democracia a la que él llegó tras la serena reflexión del liderazgo que supo cosechar al lado de Betancourt y del liderazgo en brazos del pueblo hecho poder, son un capítulo indispensable de nuestra historia comunitaria. La decisión de la Corte Suprema de Justicia la acató casi con humildad, y por supuesto, con desprecio a cualquier tentación de desconocer el estado de derecho que había defendido casi que hasta con su vida el 4 de febrero y el 27 de noviembre.

Me atrevo a decir que ese buen ejemplo, ese no haber dado escándalo, a pesar de los errores cometidos, esa esclavitud a la verdad, por fuerza tienen que haberle deparado el premio al que siempre aspiró para el momento de su tránsito: la reivindicación.En su penetrante libro, La Rebelión de los Náufragos, Mirtha Rivero y a modo
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