domingo, 29 de marzo de 2015

LAS PENURIAS Y EL INGENIO



Cuba, el país donde las lavadoras trituran tomate

Las penurias agudizan el ingenio y las viejas Aurika 70 se convierten también en bañeras de hidromasaje en este viaje a las profundidades de la isla. A la jefa de la diplomacia europea, de visita histórica, se las van a esconder
En la Cuba real y profunda del interior, sorprenden hombres de costumbres extraordinarias como la de meter una mano dentro de la lavadora, a toda marcha. «Tres sesiones diarias de Aurika 70», le prescribió el médico para recuperar la muñeca izquierda al dueño de una hostería en Viñales. La lavadora-secadora soviética que el Estado había entregado a cientos de miles de cubanos es singularmente provechosa. No solo por sus virtudes como bañera de hidroterapia: la secadora se convierte en un ventilador de potencia ciclónica. El hospedero en cuestión había mejorado las aspas del motor, con el inconveniente de que el soporte no era lo suficientemente grande y el aparato se paseaba por toda la casa hasta que el cable no daba más de sí.
«Los cubanos son grandes inventores pero pésimos mantenedores. Su perfeccionismo y sobre todo su constancia suelen restringirse al cuidado del vehículo propio, cuando lo tienen», ilustra el periodista cántabro Fernando García del Río en un libro de viajes por una isla a la deriva, en las postrimerías de un régimen anacrónico. García del Río estuvo informando cuatro años (2007-2011), a pie de obra, sobre construcciones donde había más vigilantes que albañiles; del descuartizamiento en tiempo récord, a manos de unos campesinos, de una vaca atropellada en una autovía; del consumo de unos chavales que compran móviles –sin tarjeta, ni línea– solo por fardar; de la reforma laboral; del partido… Demasiado transparente, demasiado incómodo. El régimen lo terminó expulsando. Ya se lo dijo un diplomático occidental acreditado en La Habana: «Si tú eres alguien en este país y estás a bien con el régimen, ya puedes tirar a quien quieras por la ventana que enseguida te lo arreglan. Ahora bien, como andes en problemas con el Gobierno, puede que ya no te perdonen ni que te saltes un semáforo en verde».
Excorresponsal de ‘La Vanguardia’ también en Bruselas, hoy no escribirá sobre la histórica visita de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, a la isla. La primera vez en la historia. Tampoco sobre la asistencia de Raúl Castro a la Cumbre de las Américas, en abril, donde tal vez se dé un apretón de manos con Obama en pleno deshielo de las relaciones. Pero se ha sacado la espina publicando ‘La isla de los ingenios’: «A Cuba le ha salvado el ingenio de su gente».

A la caza del artilugio

En su viaje iniciático por las profundidades del país se topó con el sorprendente hostelero de Viñales, que también había convertido la cubeta de la secadora Aurika en maceta y en cenicero el pistón de un coche acoplado a un trípode de atril para partituras. «Allí no se fabrica nada y se hace de todo. A todo le ven una utilidad. Es clave para la supervivencia». Robar al Estado no es más que «cambiar de lugar» un bien de todos y la vieja televisión Krim, también soviética, una magnífica oportunidad de disfrutar de aire acondicionado en casa, con la inestimable ayuda del ventilador de la Aurika. Los cubanos colocan un bloque de hielo entre las aspas de la secadora y lo que había sido la pantalla del televisor, que ha sido sustituida por una rejilla con láminas de madera o plástico para orientar el frío.
La ‘hélice’ de la Aurika también se convierte en trituradora de tomate, y las jarras eléctricas distribuidas por el Gobierno para caldear pequeñas cantidades de agua o leche, en calentadores para la ducha. «Las instalaciones eran dignas de ver. La jarra aparecía conectada al enchufe más cercano y acoplada al último tramo de la tubería. El agua fría que entraba en el recipiente se mezclaba con la que hervía dentro del cazo para, antes de llegar a la pera, volver a salir del tubo lo bastante templadita. Entre ducharse en frío y arriesgarse a la electrocución, miles de isleños preferían lo segundo con tal de ahorrarse la ‘tembladera’ de cada mañana».
cuba-2--320x320Los inventos terminaron convirtiéndose en tema de debate nacional porque allí la luz la paga el Estado, que a su vez le compra el petróleo a Venezuela. A precio de chollo, pero la cuenta subió tanto con lo que chupaban las atómicas Aurikas y sus múltiples vidas que el Gobierno lanzó una campaña a la caza y captura de todo artilugio no autorizado. «Nunca supe, ni me consta que nadie supiera, hasta qué punto se llegó a poner en práctica. Lo que estaba claro es que el régimen se veía impotente para combatir los elevados índices de disidencia energética». Otro invento que ha traído de cabeza a las autoridades es el popular ‘rikimbili’, bicicletas enriquecidas con el pequeño motor sustraído a las fumigadoras, imprescindibles para combatir las plagas de mosquitos.
cuba-5--320x320El mundo se pregunta estos días de intensas negociaciones diplomáticas si este país, donde las parabólicas se fabrican con sartenes y a un periodista en busca de un piano le ofrecen una guitarra o una adolescente en matrimonio, será capaz de reconstruirse con cimientos de verdad. «En Cuba no te creas nada de lo que oigas y casi nada de lo que veas», le recomendaron nada más llegar a García del Río. El primer camarero que conoció en un hotel resultó ser un ingeniero agrónomo, luego se topó con pescateros que se mueven con sospechosas maletas, una porquero que despiezaba a sus cerdos en casa de sus compradores, una bailarina retirada que regentaba un gimnasio ilegal…

Los 21 bebés de Vitalina

Allá todo es relativo hasta que te cruzas con personajes como Vitalina Garrido, 99 años, 21 hijos, 9 muertos de bebés. Salvo el primero, a todos los alumbró a solas. Ella cortaba el cordón umbilical y al día siguiente volvía al campo a trabajar. El reportero se la encontró en su casa de Guanacón, dale que te pego al pedal de la máquina de coser.
– Crié a todos mis hijos arrancando hierbas silvestres y plantando malanga, yuca, guineo (plátano), frijol, tomate y ají. En el tiempo que mi esposo empleaba para sembrar cien malangas, yo plantaba doscientas.
La entrevista acabó en fiesta nocturna con Vitalina bailando boleros.
Zoilo Lovaina, barquero en el río Toa, es otro ejemplar de resistencia. «Tenía ochenta tacos, veinticinco hijos y estaba con cuatro mujeres: su esposa, de 45 años, y tres novias de entre 30 y 50, según me confesó sin rubor y con su sonrisa plácida y algo traviesa».
En ‘La isla de los ingenios’ conviven también otro tipo de personajes, como la prodigiosa vaca ‘Ubre blanca’, cruce entre un semental de la raza Holstein y una cebú africana. «En un solo día llegó a dar 109,5 litros de leche: cuatro veces la media. Fidel Castro convirtió el ejemplar en objeto de culto y propaganda sobre las técnicas nacionales de producción agropecuaria. Los mandatarios que visitaban al líder también iban a ver a la vaca, que llegó a protagonizar una sesión pública de ordeño con 26 periodistas extranjeros invitados».
Los de arriba y los de abajo inventan para sobrevivir, para camuflar el fracaso cubano. Fernando García del Río se pregunta estos días de tenues aperturas si la cosa sigue igual «en una isla hasta hace poco anclada en la historia, y ahora a punto de soltar amarras». La respuesta se la ha dado un canal oficial de TV, Perlavisión: «Envió Fidel Castro termo con 60 dosis de semen caprino a joven cienfueguero». El beneficiado es Raulito, 13 años y una pasión en la vida: la crianza de chivos. Aclaran en la crónica que «se conoció que el niño también obtiene aceptables resultados académicos».

Vendimos la parte azul de la Bandera,ja,ja




Agobiado por la gran cantidad de deudas y varios fallos judiciales internacionales a favor de empresas expropiadas, el gobierno venezolano se vio en la obligación de vender el color azul de la bandera del país para poder cumplir con los deberes financieros. 
La venta del color servirá para pagar deudas con empresas navieras,empresas expropiadas, y otras más pequeñas como las empresas que hacen las guayaberas del presidente Maduro y la señora que hace empanadas para regalar en las marchas oficialistas. 
El presidente del “Comité para la Venta de los Símbolos Patrios”, Vicente Perales, expresó su satisfacción ante la venta. “Logramos un negoción. Vendimos el color azul de la bandera por prácticamente la mitad de las deudas que tenemos en el país. Tenemos colores de sobra en nuestra bandera, ahora bajamos a dos. Y las estrellas también tienen su valor, tampoco es que nos quedamos pelando. Además, el color azul era el color de la oposición. Es mejor así como quedó ahorita: amarilla y roja. Ah, y también tenemos el escudo, ese debe valer unos reales.”

Alberto Franceschi nos dice en Blanco y Negro




Desde el Exilo por: Alberto Franceschi G.
28 de marzo de 2015
El tema del Cuándo, Cómo y con cual escenario probable de trama continua o discontinua de eventos, que se escenificarían el final presencial de este malhadado régimen como periodo histórico de hegemonía chavista sobre sobre nuestro Estado y sociedad venezolana, es muy difícil de abordar, no sólo por su complejidad, sino para poder lograr NO generar falsas expectativas.
Si pudiéramos acometer este objetivo teórico y elaborar los pronósticos del caso, con asertividad y sencillez, deberíamos poder responder a todas las principales interrogantes sobre el “como” creemos que puede terminar el régimen chavista-castrista, y de paso, siendo todavía más complicado, visualizar el “cuando” ese final se produce, porque ello tiene que ver con la capacidad de respuestas de resistencias a su expulsión que aun detenten los rojos, para con sus aliados de la élite venezolana diferir, por el mayor tiempo posible, la contingencia de su eyección del poder.
Como quiera que aquello que se tiene por adquirido en la hipótesis, a saber la salida de esta gente del control de la república, es precisamente el objetivo fundamental de la aplastante mayoría nacional, debemos entonces lograr llegar hasta delimitar responsabilidades de: Cómo y porque tales eventos no terminan por irrumpir, sobre todo si comprendemos el peso enorme del concurso eminentemente político de resistencias entre quienes siguen en la cohabitación con el régimen y ayudan así, desde nuestro campo, a evitarse, para evitarles, un escenario de ruptura real y profunda, que implican los términos en que aspiramos presenciar el finiquito real, visible y perecedero del escenario de su final histórico.
Por supuesto damos por sentado que se operará un cambio drástico y definitivo de este régimen que conlleva la anulación de sus responsables, es decir advendrá el escenario de su sustitución por otra trama institucional sobre la que deberemos reconstruir el Estado venezolano, ahora en escombros, con la certeza además que tal nueva fase en la vida de la Republica deberá acometerse con una nueva clase política, una nueva elite empresarial y financiera y por supuesto con una reconstrucción del estamento militar, policial y de, mínimo, TODAS las altas capas decisorias de la burocracia estatal en particular de la empresas, bancos, y servicios públicos con manejo de grandes recursos, que al propio tiempo son fuentes inagotables de corrupción, depredación y peculado de uso.
A veces me temo que no termina de entenderse que aquello que ha de producirse tarda tanto porque precisamente se trata de un nuevo trastrocamiento de alcance histórico de la sociedad venezolana, que esta vez deberá expresarse como en 1821-30, 1898, 1936, y 1958, en un cataclismo social económico, político, jurídico, militar y que hunde sus raíces históricas en lo que dejó de hacerse, o se hizo pésimo, por acción u omisión en los últimos 20 años antes de 1998 cuando se toleró y hasta se auspició la sinrazón de haber permitido la destrucción del Estado venezolano que realizó Chávez, sobre la base de imponer una gangrena institucional sectaria y socialmente lumpen, que se sumaron, dando un salto cualitativo, a las evidentísimas taras del régimen “democrático representativo” partidista clientelar anterior.
La primera advertencia que asumimos es indicar con responsabilidad, que el desmantelamiento, es de tal profundidad, en el orden económico, social, jurídico y militar anterior, resumidos en estos cuatro ítems fundamentales, para no agregarle las otras decenas de colaterales que se subsumen en ellos igualmente dañados de forma irreparable, que ello nos lleva a la conclusión que ha se rehacerse TODO EL ESTADO, lo cual implica jerarquizar de nuevo TODO el orden social que le acompaña es decir la trama económica, financiera y por sobre todo el sustrato jurídico sobre el que deban volver a basarse las formas de propiedad que tienen como colateral necesaria, en muchos aspectos, las relaciones laborales, y el nivel de control propiciado por el estatismo creciente de los últimos 60 años sobre el aparato productivo, comercial y financiero, cuyo colofón final y dantesco fue el poder omnímodo del chavismo disponiendo caprichosamente de todo para generar un EstadoForajido y sus sustentos sociales basados en nuevas clases propietarias edificadas sobre el hampa política.
La verdadera razón por la que no alcanzamos a distinguir en los rangos de la oposición política, llámese MUD u otros, una verdadera antítesis de este régimen, es sencillamente porque son parte suya, apenas acompañándoles de forma mojigata, con algún asco, pero degustando sus frutos pestilentes nacidos de las corruptelas del dinero fácil.
La “democracia representativa” anterior, que era en lo fundamental una rebatiña clientelar que comenzaba por la apropiación indebida de la parte sustancial del ingreso nacional neto, por parte de la frívola élite viciosa que se desarrolló consustanciada con las permisividades y tráficos derivadas u originados en el control de cambios y el fraude bancario, como masa de beneficios ilegales delictivos.
Nuestra elite económica, que adversó a Carlos Andrés Pérez hasta echarlo del poder, por querer poner coto parcial a este rasgo distintivo del asalto por mampuesto al ingreso petrolero neto, obligándoles a competir y a renunciar a parte sustancial de sus privilegios nacidos de la exclusión de la mayoría nacional del usufructo de ese ingreso nacional neto, resolvió traer al poder a Caldera su ideólogo golpista de ocasión y al propio Chávez, con la intención de realizar nuevos repartos desiguales, con la sorpresa final que el caudillo llanero, con la cabeza bastante desordenada por Fidel Castro, más bien tenía en mente la fundación de otra elite, una nueva, de origen social lumpen y nutrida por resentidos sociales y oportunistas de baja estofa que terminaron por apropiarse en tiempo record de la más colosal cifra de dinero expoliado a sociedad alguna, solo comparable a viejas castas de la nobleza europea, a Marajás de la India o a potentados de casas reales de Brunei, de árabes del golfo y de Arabia Saudita.
Terminar con el reinado de la casta chavista no significa desplazar solo a un grupo de prevalidos del poder político, con lealtades delictivas masivas que alcanzan a muchos personeros de las viejas elites proyectadas como oposición política convenida.
Se trata de abolir un régimen que desarrolló aceleradamente un sistema de rápidas alianzas de clases ,subclases y estamentos, como el militar y que aupó los sólidos nexos orgánicos con la propia hampa social beligerante, cuya mejor síntesis son “Colectivos” paramilitares con disfrute de control territorial para sus fechorías, en amplias zonas urbanas que están inaugurando en estos días bajo la dirección y auspicios de Freddy Bernal y Cilia Flores, consorte del paniaguado Presidente Maduro y con las FARC, ocupante por tolerancia aviesa de nuestras FAN en nuestros Estados de territorios de fronteras. Esta es una verdadera cohorte de chantajistas y matones al servicio de la permanencia criminal de la casta roja en el poder.
Para decirlo en términos convencionales: la salida del poder del régimen civil-paramilitar-hamponil-chavista, ahora “madurista-diosdadista” no puede darse por vías “reformistas”. La mutación no es viable sino se va a la raíz económico-social-paramilitar de lo que da sustento al poder de la casta roja y es por ello, que en estricto sentido, ha de provocarse una revolución jurídico-política y en cierto sentido de reversión económico-social, por cuándo debe eliminarse la base de sustentación material, no solo política sino la paramilitar con sustento financiero, que de no hacerse no tardarían en hacer un infierno del nuevo régimen, incluyendo la promoción de una guerra irregular y con acciones terroristas desenfrenadas como su lógica oposición.
Muchas veces, por haber precisamente creído o más bien por todavía creer, que este régimen puede abandonar la escena con una simple elección trucada, no se entiende lo dramático que va a resultar la expulsión del régimen chavista forajido y la reconstrucción del Estado venezolano.
La conducta política típica de la clase delincuente controlando el poder de Estado, ha sido desde los tiempos de Chávez, buscar por supuesto la aquiescencia del grueso de la población mediante las concesiones de orden económico, mediante el subsidio directo de buena parte de sus consumos corrientes. Pero ello sería insuficiente, como explicación, sino hubieren mediado los privilegios dados a los políticos de oposición y a sus clientelas, así como a los magnates banqueros y a plutócratas mediáticos.
Quien diga, en TODOS los segmentos sociales, que el chavismo NO repartió bolívares o dólares subsidiados bajo su hegemonía, sencillamente no habría descubierto la esencia del consenso político-social que se estableció con los representantes de las elites.
Cinco de cada 10 políticos que se creyeron elegibles y candidatos a disfrutar canonjías y migajas del régimen lo lograron. Ocho de cada 10 empresarios, dispuestos a guisar en grande en sociedad con cacos de las finanzas del aparataje cambiario, financiero y bancario del régimen, también lograron “arrimarse al sabor” de la mermelada roja, que nubló el entendimiento de muchos.
La prédica simplista echó a rodar la tesis que los responsables de sostener este régimen de prevaricadores de depredadores de oficio son los militares, sin dejar de tener en parte razón, pero lo que nunca dice es que por cada militar ladrón o guisador hay 20 ó 50 “civiles” empresarios, politiqueros y burócratas, que presionan sobre el estamento militar para repetirle que deben continuar siendo leales al régimen y mantenerse en los canales institucionales como modus vivendi con él.
¿Cómo evitar no detectar en todas las declaraciones hechas por años por los de la cúpula opositora, sobre el tema de la insurgencia militar, una lealtad perruna con el propio régimen chavista? Eso es tan obvio que solo habría que encontrar las razones crematísticas, cuando se puedan descubrir, para devolver atrás la grabación y comprender las “poderosas razones” de estos “demócratas” siempre tasadas en dólares CADIVI para entenderlas cabalmente.
Quién diga que se trata de abolir un sistema comunista implantado por los cubanos y sus socios lumpenes izquierdistas venezolanos está diciendo solo una verdad parcial, mezclada con una gran falsificación que nunca se aborda: este régimen es también un producto de los hijos bastardos de nuestras viejas elites económicas y políticas. Este régimen es la continuidad estricta de la “Cuarta” por eso ha durado, por eso es tan difícil imaginar su caída, que deberá arrastrar al gobierno en conjunto con su oposición, llevándose por delante a toda la elite guisadora y potentada, que por si faltaran desgracias se convirtieron en sus lobistas internacionales.
Con 17 años de retardo el Estado USA ha entendido que estos socios venezolanos que llenan de dólares sus abultadas cuentas mayameras ahora son demasiado problemáticos para seguir callando sus nexos con el narcotráfico y el terrorismo islámico radical y es eso lo que motiva los cambios reales en la percepción de Norteamérica, que implicará seguramente la influencia dominante de un nuevo factor de tipo geopolítico en la situación de desbarranque que se avecina en Venezuela. Seguiremos en esta línea de análisis.

jueves, 26 de marzo de 2015

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Steve Wozniak también está preocupado por los alcances de la inteligencia artificial

El cofundador de Apple, Steve Wozniak, dio a conocer su opinión sobre el alcance de lainteligencia artificial en nuestro planeta. Como otros personajes relacionados al mundo de la tecnología, su punto de vista dibuja un panorama nada alegre para la raza humana.
En una entrevista con la publicación Australian Financial Review, Woz se unió a la voz de personajes como Bill Gates y Elon Musk en lo que se refiere al peligro de la inteligencia artificial:
Las computadoras van a rebasar a los seres humanos, no hay duda […] Como gente que incluye a Stephen Hawking y Elon Musk, estoy de acuerdo que el futuro es aterrador muy malo para las personas. Si construimos estos dispositivos para que se hagan cargo de todo por nosotros, de manera eventual pensarán más rápido que nosotros y se desharán de los lentos humanos para llevar compañías más eficientemente […] ¿Seremos nosotros los dioses?¿Seremos las mascotas de la familia?¿O seremos las hormigas que son pisoteadas? No lo sé… Pero cuando empecé a tener ese pensamiento en mi cabeza de si voy a ser tratado en el futuro como mascota por estas máquinas inteligentes… pues voy a tratar a mi propio perro muy bien.
Wozniak finalizó su opinión al subrayar que el avance en la inteligencia artificial es muy importante para la raza humana por su aspecto científico pero que esto mismo podría significar nuestro descenso como especie superior: “Espero que así se dé, y lo debemos perseguir porque se trata de exploración científica. Pero al final, tal vez habremos creado a las especies que estén arriba de nosotros.”

miércoles, 25 de marzo de 2015

Una entrevista con el sacerdote Jesuita

 Blog de Alonso Moleiro

Luis Ugalde: “O cambia radicalmente el gobierno, o será sustituido”; una entrevista de Alonso Moleiro

Por Alonso Moleiro | 16 de enero, 2015
Luis Ugalde Venezuela necesita un nuevo gobierno ya 640

El sacerdote jesuita Luis Ugalde, ex rector de la Universidad Católica Andrés Bello y académico, conversó con Alonso Moleiro acerca de la actual coyuntura política, económica y social  que vive Venezuela, además de las opciones que tiene el gobierno venezolano para superar la recesión y los posibles escenarios planteados para el año 2015.
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Para el prelado, académico y escritor, la acelerada marcha de la crisis económica puede forzar nuevas situaciones políticas en poco tiempo. Opina que un golpe militar clásico “no tiene futuro” en el país. Luis Ugalde se figura un escenario en el cual un nuevo equipo administrativo —que puede provenir, en parte, del mismo chavismo— interprete la emergencia económica  y tome las medidas que la actual administración no ha sabido tomar. Apuesta por una transición incruenta y defiende la importancia estratégica de las elecciones parlamentarias para la Oposición.

El país vive en este momento una tormenta perfecta: un gobierno que ha destrozado lo que ha encontrado a su paso, empeñado en llevar adelante un modelo económico que no sirve; un estado de opinión silente y deprimido; y una oposición con sectores que han observado una discreción difícil de justificar.

Lo has resumido de manera perfecta. Objetivamente, como están las cosas, el país luce inviable. Con este gobierno no hay salida. Y con la Oposición, tal como está, tampoco. Con los datos económicos y sociales que tenemos, la situación se vuelve imposible de llevar y el malestar social se agrava. Me encantaría poder decir que esto no es verdad, pero lamentablemente las tres cosas me lucen irrefutables. Tenemos el diagnóstico: así está el paciente, como si estuviéramos en una junta médica. La simple lógica lo indica: el país necesita un nuevo gobierno ya. Vamos camino al precipicio.

¿No es peligroso plantearse la posibilidad de una posición rupturista?

Pienso que el país necesita un nuevo gobierno ya. Es una necesidad. Y ya es ya: enero, febrero, marzo. Ahí abro dos alternativas: sea porque el gobierno que tenemos cambie radicalmente su estrategia y mejore la situación o sea que es sustituido por otro. No veo otra. Si esto continúa anunciando anuncios que se van a anunciar, sin tomar decisiones, la situación se precipita. No es que el enfermo está estático: el enfermo se está agravando.

El chavismo parece entrar en una fase terminal como proyecto de poder, pero el país entero parece estar metido en esa jaula.

Claro. Y la Oposición pensará que todo consiste exclusivamente en ganarle las elecciones parlamentarias. Por supuesto que eso está muy bien y sería un gran paso, pero sólo resolvemos parte del problema y no el problema. Si con la política que el gobierno ha venido adelantando en estos años seguimos por este trayecto, pues o cambia radicalmente el gobierno, o será sustituido. A usted puede que esto no le guste, pero es la ley de la gravedad. Si tuviéramos esta crisis como pasajera, el gobierno podría luchar para obtener tiempo. Es lo que han intentado con el viaje a China, buscando recursos, algún milagro. Repito: uno quisiera que esto no fuera verdad. No se trata nada más de subir la gasolina o cuadrar el déficit. Es el modelo de gestión de Estado. No habrá ninguna salida si no se produce una revitalización de la inversión productiva y esta administración no tiene recursos para invertirlo. No los tiene y, cuando los ha tenido, en lugar de lograr que una empresa productiva mejore su desempeño, la hace deficitaria al estatizarla, como ha ocurrido con AgroIsleña o Sidor. Una cosa es decir “Tenemos que ser productivos” y otra no comprender que no habrá productividad sin estímulos a la productividad. Si produciendo mucho yo obtendré lo mismo que produciendo poco, jamás me esforzaré en producir más. La crisis que tenemos no se va a resolver porque el Presidente invite a un empresario a dialogar o lo salude con cordialidad. Pasó todo el 2014 haciendo eso y estamos peor. Todo empresario, interno o externo, tiene que tener garantías para producir y certeza sobre su propiedad. Si no hay garantías jurídicas y estímulos, ningún venezolano que tenga su dinero fuera lo regresará. Hay amigos del gobierno que tienen miles de millones de bolívares que jamás invertirían en un país en este estado. Estamos en un momento en el cual no se pueden aceptar vaguedades ni generalidades.

Y el gobierno no le explica al país la gravedad del problema. No asume su responsabilidad en la gestación de la crisis, que es directa e intransferible. Muchos medios, comprados recientemente por capitales chavistas, no informan lo que suceden.  Y la Oposición no termina de llenar el vacío. El país no sabe donde está parado.

La Oposición tiene el síndrome del malestar, el rechazo y la denuncia. Lo que pasa es que la denuncia no produce alternativas. Hay gente que piensa que se trata de que todos se vayan, que hagamos una Constitución nueva, que de pronto todos salgamos pariendo un nuevo país. Es un hábito muy hispano, tanto que en España andan ahora con esa tontería. Eso es infantilismo, eso no es política: sustituir una realidad que no nos gusta con una ilusión verbal, poner las cosas en un papel y pensar que con un papel nuevo tenemos un país nuevo.

El año pasado usted decía en una entrevista que no es moralmente aceptable proponerle al país que esperemos todos hasta 2019. En una entrevista que le hice a Teodoro Petkoff, tiempo después, él comentaba que el argumento suyo era válido, pero que el 2019 es un dato de la realidad, una fecha constitucional que de cualquier forma va a llegar y sobre la cual se debe actuar. Que así como usted dice eso, tampoco se trata de descartar el 2019.

Leí esa respuesta de Teodoro. El problema, pienso, no es decir que el 2019 no vale, sino qué tiene para decir la MUD ahora mismo, en 2015. Si usted tiene el enfermo en emergencia, tiene que atenderlo. Luego puede ocuparse del régimen de comida o de decirle si puede caminar. La emergencia no está en 2019: estaba en el 2014 y ahora en el 2015. Es cierto lo que dice Teodoro: no se trataba de obsesionarnos con desanudar todos los temas en 2014. Pero lo que pasa es que si la Oposición no tiene nada que decir en esta crisis, o no hace nada, quedará fuera de juego.

¿Qué cree que es lo que le pasa a la Oposición?

Ahí, pienso, hay cosas de diverso orden. Uno: diferencias mellizales. Los más enfrentados, a veces, son los que fueron del mismo partido. No lo acaban de superar, aunque entiendo que algunas cosas importantes han mejorado últimamente. Incluso los más radicales, quienes quieren que el gobierno se vaya mañana, saben que eso no es necesariamente así. ¿Cuál es el hecho político del 2015 que está a la mano, en el cual se puede producir un resultado fundamental? Pues las elecciones parlamentarias. Por muchas diferencias que hayan, tienen que acordar y superarlas. El otro hecho político es el terrible malestar del país con un gobierno que no sabe qué hacer y que anda dando largas. Aquí no hay nada que poner entre paréntesis con respecto a la consulta de este año: son elecciones, es una palanca, es un poder público fundamental, en un año crítico con un gobierno profundamente desprestigiado, con un abastecimiento de terror, que se pondrá peor. No puedo salir a decir: esto sí pero aquello no. Son opciones que deben ir juntas, incluso con tendencia a que se refuercen.

Entre los sectores de la MUD se han venido produciendo en estos días aproximaciones interesantes, auspiciosas. Eso ha permitido disminuir el ruido interno.

Hasta donde tengo entendido, eso es cierto. Estos dirigentes no son tontos. Entienden lo que pasa. Tienen que ver cómo dejan de perder el tiempo atacándose, más allá de que tengan diferencias. Las conversaciones sobre las planchas unitarias no van mal.

Esa versión de la Oposición que encarna la MUD ha tenido aciertos. Una de sus fallas más graves, sin embargo, parece ésa que usted indica: su distanciamiento con las masas, su exceso de prudencia ante los problemas nacionales. Por algo la llamaron tanto tiempo “la muda”. Es una falla de nacimiento.

No basta con decir las cosas por Twitter. Aquí se han consumado fraudes constitucionales muy graves y parte de la Oposición no le ha dicho nada ni al país ni a su militancia. Se trata de que, con toda la solemnidad necesaria, todos los dirigentes aparezcan hablándole al país. Tienen que ser vistos en una foto.

Dentro del estado de abatimiento general y de la hondura de la crisis, a la sociedad democrática se le presenta una enorme oportunidad en las elecciones parlamentarias de este año. Y no de ganar con 0,5% de ventaja, sino de obtener una victoria que exprese una nueva voluntad en el país.

Ésa es una gran verdad. Cuando Chávez estuvo en su punto más bajo en las encuestas, estuvo cerca de 38%. Maduro está en 22. No se trata sólo de la imagen del Presidente ni de la habilidad que, sin duda, tenía Chávez. El hecho real es que dispuso de millones de dólares para dar y regalar. En este momento no hay carisma ni hay dinero, y nos encontramos con deudas vencidas para mañana, además de una desilusión general de la población. El mercado diario venezolano está muy dolarizado porque el país importa demasiados bienes. Una de las formas naturales de hacer valer esa mayoría que indican las encuestas, que ya es redonda y no circunstancial, es sin duda las elecciones parlamentarias de este año.

El déficit fiscal es de 20 puntos del PIB. Una cifra récord.

Los aliados del chavismo, incluso quienes pueden interceder por ellos en el mundo, también tienen problemas. Rusia e Irán, particularmente. Y Cuba, por supuesto. Si el gobierno quiere cambiar, rectificar, obtener legitimidad, tiene que comenzar por reconocer que con este modelo no habrá inversiones, ni préstamos, ni confianza ni podremos salir de este atolladero.

Más allá de las conveniencias, asombra el dogmatismo, la terquedad que tiene el chavismo respecto a postulados. No se oye ni una voz pidiendo rectificaciones.

Mi último artículo va en esa dirección. Por qué se insulta, por qué se niegan los hechos, por qué no aprendes algo, por qué no puede haber un poco de humildad. Aprender, por ejemplo, de Brasil. Brasil tendrá sus problemas, pero sabe que sus soluciones están vinculadas a la inversión productiva, a un esquema mixto, al fomento de capitales, pero mientras se invierte al mismo tiempo en educación y en salud. Aprender, por ejemplo, de Bolivia, de Nicaragua. Países que han crecido, con inflación baja, con sector privado productivo, con reglas claras y con prosperidad.

¿Piensa usted que  hay probabilidades de un golpe militar en el país?

Cuando se produjo el golpe en Chile, yo estaba bastante activo en apoyar a los chilenos de la Unidad Popular que vinieron a Venezuela. Conversé con muchos de ellos, quienes habían sido ministros. Se reunían a veces en el Centro Gumilla… Aniceto Rodríguez, por ejemplo, un líder socialista muy conocido. Él me contaba que, meses antes del golpe, Chile estaba paralizado. La gente salía a las calles y no había nada que hacer. No había comida. Los precios subían todos los días. Y cayó el gobierno. La pregunta era: ¿Y ahora qué? Pienso que, en este momento histórico, un golpe militar puro y duro, del signo que sea, incluso si es del propio gobierno, no tiene futuro. Cualquier nuevo gobierno necesita apoyo de la población y en buena parte de la oposición, de gobiernos latinoamericanos y de los multilaterales. A un gobierno militar duro, como los que conocimos en Argentina, Chile y Uruguay, nadie lo apoyaría en estos momentos. Venezuela necesita ayuda. La población sabe que éste es un gobierno militar con una fachada civil. Más de la mitad de los ministerios, gobernaciones, institutos autónomos, están integrados por militares activos o retirados. Para Brasil, para Uruguay, para Mercosur, sería muy difícil apoyar un gobierno militar represivo. Pasaría lo mismo con el resto de los gobiernos de América Latina, con los de Europa y también con Estados Unidos. El punto acá es que el nuevo gobierno logre condiciones distintas al actual. Un gobierno militar no lo lograría. La adhesión afectiva de la población no la va a lograr un gobierno militar. Mi premisa ante el problema es ésta: que haya un cambio radical de la situación, que salgamos de este grave problema con este gobierno, es francamente muy difícil. ¿Es probable que sea sustituido por otro? Yo creo que sí. No es un tema de que el asunto nos guste o no nos guste, es que no va a haber más remedio.

Escenarios intermedios de carácter constitucional que no constituyan un golpe.

Eso es. Pero ese hipotético gobierno tiene que llegar para tomar decisiones. Eso es lo que justificaría su presencia. Tomar las decisiones que el actual no ha sabido, o no ha querido tomar. Sea como sea, que se queden los mismos, que cambien de Presidente. Pero ya con una voluntad concreta, políticamente solvente, de rectificar. Las decisiones más graves, pero más urgentes, tendrían que ser tomadas en unos 15 días. Y tiene que lograr que esas medidas impopulares, le den margen para hacer dos o tres cosas que pongan a la población a pensar que parece que las cosas sí se pueden hacer de otra manera. Que el país, incluso la Oposición, se animen a darle un compás de espera a ese nuevo gobierno. El nuevo presidente libera a los presos, toma decisiones ejecutivas importantes, y el ánimo del país cambia. Que el gobierno rectifique, que haga bien lo que el otro no pudo, con una nuestra estrategia económica y de conducción de la hacienda nacional.

Cualquier situación intermedia, que produzca un episodio inesperado, y provoque, por ejemplo, una renuncia, tendría que ser acompañada de una nueva consulta popular.

Exactamente. Eso no puede producirse con un golpe. Tiene que ser un cambio civil adoptado en mecanismos constitucionales, si es posible pactados en lo mínimo.

Durante muchas décadas, los venezolanos crecimos con la sensación de que las Fuerzas Armadas eran una institución que tenía alguna sintonía con las tensiones de la gente, con el sentir de la población. La politización y el agravamiento del problema institucional han consolidado un extraño divorcio entre lo que piensan los militares y el gobierno, y lo que le pasa al país verdadero.

Sigo creyendo que la mayoría de los militares están completamente al corriente del malestar que hay en el país. No puedo creer que no lo sepan. Y también saben que este modelo no tiene futuro. A mí me cuesta creer que, aunque sea ministro, uno de esos militares piense en el fondo de su alma que este modelo económico y de gestión tiene futuro. Puede que algunos se aferren. Eso es distinto. Pero el cambio de barcos dejará a algunos colgados, porque saben que no tienen pertinencia en un nuevo gobierno. La determinante mayoría de los generales, sin duda, será necesaria. De los mil y pico que existen, podrían quedar fuera unos cien.  El mundo militar es complejo, muy diferente a como se ve de fuera. Estuve en Perú unos seis meses antes de la caída de Fujimori. Estuve en la Universidad del Pacífico, conversando con un sacerdote jesuita viejo y recuerdo que me decía: “Esto no puede cambiar. Los militares están recibiendo ocho mil dólares mensuales. Tengo la información”. El gobierno de Fujimori tuvo también durante mucho tiempo un apoyo formidable en las encuestas. Todo el mundo decía entonces lo que muchos aquí: que el país, en este caso Perú, no tenía futuro. La intervención de los militares en este tipo de crisis jamás se anuncia previamente en cartelera.

El chavismo tuvo un tiempo de gloria que duró varios años. Impuso sus matrices, tuvo músculo económico e hizo un esfuerzo de transferencia de recursos importante. ¿Piensa usted que esta crisis es irreversible para ellos? ¿O cree que esta situación será superada y los chavistas podrán regresar a sus mejores momentos?

Es muy difícil. Tendría que haber un cambio. Estas aproximaciones tienen mucho de fe: o crees o no crees. No es fácil pasar a aproximaciones más matizadas. Pensar, como ejemplo, en hacer un gobierno mixto, flexible, con una estrategia como la de Uruguay, por ejemplo. En teoría eso es posible, pero en la práctica es sumamente difícil.

Lo dijo una vez Ramón Guillermo Aveledo: “Como soy católico, tengo la religión ubicada en su lugar. Como no soy marxista, no veo a la política como una religión”

La tragedia de algunos chavistas católicos, e incluso curas, es que confunden la política con el reino de Dios. Entonces, Chávez es el Mesías. El problema del marxismo histórico es ése: sacralizan una fórmula, una interpretación específica de la economía y la política. Es blanco o negro: si no adoras esto, eres un vendido, un traidor.

El PSUV celebró su último Congreso sin noticias, sin novedades. Como si en Venezuela no estuviera pasando nada. De corrientes o liderazgos emergentes, muuy poco.

Hay una gran confusión. Y eso va a aumentar. No hay nadie que pueda dirimir el asunto. Chávez podía admitir discusiones pero, en última instancia, lo que Chávez decía era lo que había que hacer. Con Maduro es lo contrario.

Para algunas personas, si en Venezuela está planteada una transición, no va a pasar por las manos de la Oposición. Se extiende una leyenda que habla de un enfrentamiento entre colectivos armados y el alto gobierno. Se habla de crimen organizado. Se habla de componendas entre los militares, de un Estado fallido. Son alusiones vagas, pero frecuentes. Esa tesis plantea que el daño hecho al país es irreversible. ¿Usted qué piensa?

Un gobierno de transición tiene que ser consciente de esa situación. Por tanto, hay medidas de fondo que no son atractivas, pero que hay que tomar. Decisiones de Estado. Como aumentar la productividad de Sidor o devolverle AgroIsleña a sus propietarios. A todas las conferencias que voy digo lo mismo. España, por ejemplo, siempre ha sido un país muy pesimista. Tuvo un momento de gloria, superior al que le correspondía: una especie de milagro español. Y de pronto, de la noche a la mañana, nada sirve o no se hizo nada en 30 años. “Todo esta mal”, dicen. ¿Cómo que no se hizo nada en España? ¡Por favor! El español es así. En Venezuela, a lo mejor por herencia española, está pasando eso: Estamos mal porque somos CaribesSomos un desastre, no me pidas ordenEsto no sirve. Eso se decía en Venezuela a comienzos de los años sesenta para justificar a las dictaduras militares: No estamos listos para vivir en Democracia, somos un pueblo salvaje; o La democracia podrá ser posible en Uruguay, en Argentina, en Chile. Y resulta que luego esas naciones pasaron por períodos horribles y este país tuvo una democracia con buenos momentos. Venezuela se convirtió en un paraíso para toda la región. Pero las instituciones se corrompen. El gobierno ha enviado señales muy negativas a todo el país con el tema de la impunidad. Y la gente responde a los estímulos: si usted institucionaliza los estímulos equivocados, pues claro que todo se vuelve un desastre. Desde el productor hasta el ciudadano común. Del Perú, de Uruguay, escuché muchas veces que eran países sin solución. Hoy están muy bien.

¿Qué puede pasar con los colectivos armados?

Hace tiempo, un chavista que venía de Bandera Roja, militante de base de verdad, aunque llegó a ser concejal, me decía: “No, Padre. Si aquí viene un cambio, esos salen a vender las armas”. Si esos grupos salen a la calle, no creo y espero que no lo hagan, pues los reprimirán. No creo que se trate de enfrentarlos. Si ellos quieren hacer política, que lo hagan, pero que entreguen las armas. Si el ejército los tiene que obligar a cumplir con la ley, eso no dura una semana. Yo espero y confío en que eso no sea necesario. La verdad es que yo no creo en nada de eso. Pienso, incluso, que la mayoría de esos grupos ya están desengañados del gobierno y no van a dar la vida por él.

Venezuela está cursando un grave proceso de descomposición moral. Corrupción a manos llenas, como nunca antes en nuestra historia, que ya es bastante decir. Doce años de control de cambio no dejaron hueso sano en este país.

Esa historia está por contarse. Y hay un agravante: que todavía no genera escrúpulos de conciencia en gente buena, honrada, noble. Existe una convicción, algo alocada, de que este es un país riquísimo. Que yo robe, que me lleve mi parte, luce como legítimo: en Venezuela hay mucho real y hay para todos. Lo cual es un disparate, claro está.


¿Piensa usted usted que saldremos de ésta?

Saldremos. No en el primer gobierno. Probablemente el primer semi-cambio que haya será tímido, no funcionará del todo y luego tendrán que abrirse, porque necesitan los apoyos. Internos y externos. Fórmulas hay. Y muchas. Hay mucha plata de venezolanos afuera y mucho talento venezolano fuera del país que nos puede ayudar. Hay que estimularlos, ofrecerles opciones, con reglas de juego claras. El otro elemento es éste: no dar señales contrarias. El factor que más fomenta la corrupción es el de las instituciones débiles. Si hay abuso, peculado, tolerancia, impunidad, habrá corrupción. Es como cuando comenzó el Metro: la institución moldea tu conducta.